Definamos la ideología de un partido transversal. (A propósito de Regeneración, Movimiento Ciudadano, etc)

Soy plenamente consciente de que lo que aquí escribiré ultrajará la mente de algunos amigos mucho más inteligentes que yo. Mucho más expertos que yo y con mucha más sapiencia política que yo. No sé si soy original, ingenuo o qué.

Llevo varios años observando como los partidos que aparecen buscan etiquetas que les permitan un efecto «gaussistico». Buscan ocupar el mayor espacio político posible bajo la definición de transversal, centro reformista, tercera vía, etc. Todo aquello que permita colocarse en el centro de la «Campana de Gauss» ideológica.

En el fondo estos partidos intuyen o saben perfectamente cuál es el problema y ninguno da con la solución, pues todos ellos tras el nombre o definición ideológica lo que hacen es quedarse en la sombra ideológica de la indefinición, sin ser capaces de plasmar un mensaje completo y coherente porque confunden los términos y piensan que deben lograr un mensaje que de respuesta completa al universo político actual.

Y no, no es eso, esa no es la clave, la respuesta no puede ser exhaustiva porque la exhaustividad política no es posible fuera de las grandes ideologías -y partidos que las han adoptado- que a lo largo de 100 o 200 años han ido perfilando sus fronteras, y por querer ser como ellos, esos partidos fracasan. Así la clave es ser capaces de definir los puntos claves de encuentro y dejar a los candidatos en cada lugar completarlos según sus ideas.

Eso es la esencia de lo que ha venido triunfando en las dos democracias más antiguas del mundo occidental; unas líneas básicas y unos candidatos que las completan según su perfil. Aquí en Europa seguimos buscando gente que acepte un ideario exhaustivo -completo y profundo- para acceder a los puestos de relevancia, y ello conlleva que quien llegue carezca de convicciones propias y profundas, ello hace que quien llegue halla tenido que renunciar a sus propias convicciones para estar allí, o a una parte de ellas, y eso hace que quien llegue no sea el mismo, con los mismos ideales que cuando comenzó, que cuando tenía convicciones personales propias y válidas; ha tenido que renunciar a ellas propias para llegar al lugar que le permitiría ponerlas en práctica por medio de la acción política y en ese momento, ya no las tiene, no se mueve por sus convicciones sino por las del partido.

Pues bien, creo que si somos capaces de definir un partido con lo esencial que nos une, una visión de España, de cómo debiera ser nuestro sistema electoral, de cómo lograremos la separación de poderes, de nuestra organización territorial, de nuestro sistema económico, de las líneas rojas que definen nuestra esfera de libertades, de los servicios que debe prestar el estado, de los derechos que debe garantizar y cómo, tendríamos mucho andado. No es más difícil que crear un partido o un candidato, pero exige mucha más pedagogía y mucho trabajo.

Tomemos la idea de España y analicemos desde lo que es, veamos que se debe cambiar para que quepamos todos y utilicemos esa herramienta tan maravillosa que es la mente humana. Podemos decidir si aceptamos el concepto de Bueno -simplificado necesariamente aquí- entendiendo España como nación política en sentido ilustrado, concepto de España heredado de las Cortes de Cádiz, o podemos buscar otro en el que ponernos mayoritariamente de acuerdo. O bien, podemos darlo por sabido e incluir en esta ideología cualquier concepto de España que permita conceptuarla como unidad política estable y seguir adjetivando une día.

Lo mismo ha de hacerse con todo lo demás, como el sistema electoral en el que hemos de optar por un sistema representativo -circunscripciones uninominales- o por sistema proporcionales, pero lo que no podemos es propugnar un sistema proporcional con circunscripciones uninominales porque no será posible, podemos inclinarnos por un sistema mixto con preponderancia del proporcional o del representativo, pero hemos de definirnos forzosamente.

En la separación de poderes debemos explicar cómo los separamos, dónde los separamos, quien elige y quien designa, etc. Por ejemplo, eligen los jueces el CGPJ y designa el parlamento de entre los elegidos, separamos la elección del Presidente del Gobierno de la del Parlamento, también en duración para evitar contaminaciones. Lo que sea, pero hemos de hacer una propuesta al menos en los temas que se definan como esenciales para construir un partido político solvente.

Hemos de definir una política económica clara optando por un modelo con más o menos intervención del estado, con subvenciones o sin ellas, establecer límites impositivos, etc. Todo eso en lo que podemos ponernos de acuerdo, nos obliga a escoger un modelo y pasar de las musas al teatro en lo que a la gente le importa.